Skip to content Skip to footer

Picasso, Fifty Masterworks

600

Cartel original. Catalogado como tal por Fernand Mourlot. Siguiendo las instrucciones de Picasso se utilizó como tema la reproducción de un óleo sobre lienzo titulado “Naturaleza muerta con cráneo de buey”, pintado por Picasso en París el 5 de abril de 1942

  • Artista: Pablo Picasso
  • Año: 1959
  • Edición: 1.000
  • Impresor: Mourlot, Paris
  • Editor: Musée Cantini. Marseille
  • Técnica: Litografía Color
  • Medidas: 77,5 x 51,5 cm
  • Estado:
  • Referencia: Czwiklitzer pag.158
  • Precio: 600 €
Category: Tags: , , , Product ID: 21913

Description

El cuadro pertenece a la Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen, Dusseldorf. El motivo de este cartel ha sido reproducido dos veces más.

La imagen que aparece en estos carteles refleja la situación agresiva que vivió Picasso en París. Guerra, tristeza, sacrificio; todo esto y más se expresa en este óleo. Picasso, como todos los artistas, fue un profeta y un observador minucioso de su tiempo y su entorno. Ortega y Gasset dice que “las obras de arte no nacen del aire; la vida humana es drama. De lo que se deduce que no se puede planificar metódicamente una historia si no se revela la trama dramática que hay en ella, que es lo que le da su tensión viva y orgánica”.
El papel que podía desempeñar la actividad artística no escapaba al control del Getsapo, que solía realizar continuamente visitas sorpresa al estudio de Picasso con el fin de vigilar su producción.
La presencia de Picasso en París fue muy significativa. En el plano moral, supuso un desafío abierto a todo lo que significaba el nazismo, puesto que era republicano español, creador del Guernica y maestro de lo que los alemanes calificaban oficialmente de “pintura decadente”. Durante seis años, esta situación de enfrentamiento le obligó a renunciar a sus tradicionales estancias en la Riviera, a evitar los lugares públicos, a soportar la presión de una potencia enemiga que suponía escasez de alimentos, calefacción, materiales de trabajo y, en general, a tener que soportar penurias para sobrevivir sin rendirse. La compensación por las humillaciones y como premio a esa actitud valiente y abnegada reconocida por propios y extraños, fue que el 25 de agosto de 1944, cuando se proclamó la liberación de París, cientos de personas acudieron a buscarlo para desfilar triunfalmente como “símbolo de la victoria sobre la opresión, de la supervivencia y de la gloria de la vieja Europa”.

Ir al contenido