Descripción

Hay elementos que diferencian a este Arlequín de los demás: en esta obra el Arlequín se agarra a un espejo. Esto no sucede en las otras. Su vestimenta es diferente. La figura, en general, no está tan trabajada en comparación con los otros retratos. En este cuadro, Picasso tuvo especial cuidado en que se apreciaran las diferentes texturas pictóricas del cuadro.

Este cuadro corresponde a la aproximación original de Picasso al estilo clásico al que le da nueva vida y armonía. A pesar de que el Maestro utilizó pocos colores en este cuadro, logró que el traje pareciera ser de terciopelo genuino y sus tonos violetas contrastaran con el conjunto de encajes y telas que el Arlequín usa para su maquillaje. Los rasgos faciales estaban delicadamente delineados, lo que, junto con los tonos pálidos del color, le confería el atractivo de la adolescencia.

Tras su presentación en la Galería Knoelder, el cuadro fue expuesto en la Galería Lefevre de Londres en 1979, donde fue adquirido para la Colección Thysssen-Bornemisza.