Description
Ni este cartel ni su motivo han sido reproducidos en otros carteles. Con ironía, el artista se dispone a crear. Es el señor de su mundo. La idea de la agudeza y síntesis formal del dibujo es propia de Picasso, ya que coloca, por diversión, un pincel en la mano del artista, un pincel en el que sólo se dibuja una línea, aceptada por este último con exagerada elegancia. El instrumento se convierte en un estilete para marcar el camino de la imaginación. Sin duda, el Maestro se ríe del espectador, testigo embelesado de la precisión de la actividad pictórica que se traduce en nada cuando se enfrenta a una mirada fija. ¡Qué delicadeza para pintar un vacío!
Este dibujo forma parte de una serie de cinco que Picasso realizó el mismo día. En el primero, el artista pinta sobre el cuerpo de una llamativa modelo. En el siguiente, vuelve a su caballete. En el tercero, se le ve solo, trabajando sobre el lienzo. En el cuarto dibujo, la modelo vuelve a estar presente, pero esta vez, para deleite del artista, en una pose sugerente. Y en el quinto, el reproducido en el cartel, podemos ver al artista, sin modelo, sin caballete, sin lienzo, y con solo sus armas de pintura en la mano, atacando el vacío con una expresión ligeramente irónica.