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Picasso et l’art contemporain Hispano-American. Sebastian Junyer

200

Este cartel fue diseñado por Roto-Sadag, S.A., Ginebra, teniendo como tema la reproducción del óleo sobre lienzo titulado “Sebastia Junyer-Vidal con una mujer”, pintado por Picasso en 1903

  • Artista: Pablo Picasso
  • Año: 1956
  • Impresor: Roto-Sadag, S.A. Geneva
  • Editor: Musée d’Art et d’Histoire, Geneva
  • Técnica: Offset
  • Medidas: 103 x 72 cm
  • Estado:
  • Referencia: Czwiklitzer pag.114
  • Precio: 200 €
Category: Tags: , , Product ID: 22024

Description

El cuadro pertenece a la colección de la señora Dolly. Bright Capen y se encuentra en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, Los Ángeles.
Ni este cartel ni su motivo han sido reproducidos en otros carteles.

Este retrato de su amigo, el pintor Sebastiá Junyer-Vidal acompañado de una figura femenina, se lo dedicó Picasso. Lo pintó en la Riera de San Juan (Barcelona), en junio de 1903, en su Época Azul, y durante su última estancia en Barcelona tras regresar de su tercer viaje a París.
El Maestro realizó numerosos retratos de su amigo Sebastiá. En éste, “se le muestra sentado en la mesa de un café, inmóvil y como abstraído de la realidad por un sueño profundo, mirando con ojos brillantes a lo lejos frente a él. A su lado, una chica delgada, de escote muy escotado y ojos enormes de adicta, sostiene una flor en su fina boca. Apoya su brazo sobre el hombro de Junyer […]. Sin embargo, no hay contacto entre estos dos seres, sus miradas se evitan, continúan en silencio el camino de una angustia indecible. El cuadro está bañado por una sombra azul y una luz de luna verdosa: los únicos toques de color son los labios muy rojos de Junyer y una flor roja en el cabello de la niña, y esta economía de efecto hace aún más conmovedora la evocación del aislamiento humano, la soledad impenetrable. del amor”.

“Los hermanos Junyer-Vidal habían heredado una pañería, por lo que Sebastiá dedicaba más tiempo a hilos y encajes que a pintar”. Durante sus visitas, Picasso dibujaba en papeles, tarjetas, etc., todo lo que encontraba, “temas generalmente humorísticos y a veces obscenos”. Los hermanos guardaron todos estos dibujos, formando una importante colección de este “teatro verdaderamente erótico, increíblemente veloz en esta época todavía profundamente victoriana”.
En el cuadro también destaca la flor roja en el cabello de la mujer. Es un detalle que Picasso repetiría dos veces más por el sorprendente efecto que tenía al recortar el monocromo azul.

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